La costa de Murcia es uno de los parajes turísticos más importantes del sur de la Península Ibérica. Desde rocosas y agrestes costas hasta las finas y doradas playas de la Manga del Mar Menor, Murcia proporciona al visitante un extenso abanico de servicios, que van desde la mejor gastronomía y hoteles con encanto hasta los más diversos centros de ocio. La Manga es un curioso capricho geográfico formado a partir de protuberancias rocosas volcánicas que, con el paso del tiempo, han permitido la acumulación de arena y otros sedimentos, formando un brazo que da lugar, a su vez, a una laguna salada de gran belleza, conocida como el Mar Menor.

 Ya desde la Edad de Hierro estas tierras eran un importante enclave humano, desarrollándose primitivas formas de agricultura y comercio durante la época íbera. Más tarde, tanto para los fenicios, cartagineses, griegos y romanos, Murcia era un punto de enlace crucial de su comercio en el Mediterráneo, enlazando Ebusus (Ibiza) y Gadir (Cádiz), con las metrópolis correspondientes o con ciudades más relevantes, como Tarragona o Málaga. Durante el dominio musulmán, Murcia conoce la fundación de su capital así como la implementación de modernos sistemas de riego en la agricultura. Hoy, Murcia es un importante destino turístico español y un gran centro de producción agrícola.

La gastronomía murciana es fiel reflejo de la cocina mediterránea de costa, presidida por los excelentes productos del mar y por la variada oferta de vegetales que ofrece su extensa huerta. La mojama de atún, las huevas de mújol o la famosa moraga de sardinas, junto con los apreciados langostinos del Mar Menor son sólo algunos ejemplos de la cocina marinera de Murcia. No deberíamos olvidar tampoco los arroces, que, a la piedra (en Águilas), en paella o en caldero, harán las delicias de los visitantes. Recordemos también que Murcia es también una buena tierra de vinos y quesos. Entre la repostería, muy influenciada por el período musulmán, destacan los tocinos de cielo, los mazapanes, las torrijas de Bolnuevo, los mantecados, las mieles, las almendras o las famosas yemas de Caravaca. No debemos olvidar, asimismo, que Murcia es también una buena tierra de vinos y quesos.

Dos de las villas más atractivas de la Región de Murcia son Caravaca de la Cruz y Calasparra (esta última famosa por su arroz), donde podremos visitar el Real Alcázar de la Santísima, Vera Cruz y el Museo de la Fiesta en Caravaca y el Santuario de la Virgen de la Esperanza en Calasparra.

En Mazarrón y en la pedanía pesquera de Bolnuevo, visitaremos la Iglesia de la Purísima, la Fachada del Ayuntamiento, el Museo de la Factoría de salazones romana y el Museo Etnográfico del Campo de Cartagena.

Muy cerca, en Torrevieja, admiraremos la popularidad del Museo del Belén, el Museo del Mar y de la Sal y el Mercadillo, muy animado y lleno de productos artesanos.

Otra jornada de excursión nos llevará hasta Lorca y Totana, donde podremos visitar, entre otras cosas, el Museo del Paso Blanco, el antiguo Palacio del Corregidor, el Ayuntamiento, la Plaza de España y La Santa, donde, cada año, se celebra una concurrida romería.