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Ibiza es, sin duda, uno de los destinos turísticos más apasionantes del mundo. Esta isla, la mayor de las pitiusas, combina la modernidad de sus discotecas y bares con el atractivo de sus playas, la singularidad de sus pueblos y la grandeza de su pasado.

El visitante no quedará indiferente ante la belleza de las calles de Dalt Vila (Patrimonio de la Humanidad), de sus vestigios históricos o del inmenso patrimonio natural de su costa. Ibiza es mucho más que un destino para la diversión de la gente más joven. Es un lugar mágico para ver las mejores puestas de sol del Mediterráneo, para pasear y descubrir una isla repleta de alicientes difíciles de olvidar.

Llamada Ibussim por los primeros colonizadores fenicios, Ibiza ha sido, durante siglos, lugar de trasiego y establecimiento de las principales culturas mediterráneas. Cartagineses, romanos y musulmanes habitaron esta isla.

Tras la conquista catalana, entra en un periodo de inestabilidad, por el ataque frecuente de piratas y saqueadores procedentes del norte de África. Ibiza ha mantenido siempre su fama de lugar místico y, por ello, fue, en los años sesenta, icono de la cultura hippie, estigma que aún perdura hoy.

La gastronomía ibicenca respira por todas partes la herencia de su historia. Los mejores pescados, carnes y condimentos se unen para crear platos tan exquisitos como el 'cuinat' de Semana Santa, la salsa de Navidad o los macarrones de Sant Joan.

Los arroces también son protagonistas, a la 'bruta', con mariscos o con verduras. La huerta ibicenca proporciona los mejores ingredientes que, junto a los frutos del mar, no dejarán a ningún paladar indiferente. Entre su cocina cuenta también con platos especiales, como los erizos de mar guisados o el arroz, los pescados secos con ensalada o las populares 'herbes' ibicencas, secas y sabrosas, para un final de banquete inigualable.

El visitante encontrará en Ibiza lugares tan estupendos como 'Dalt Vila', el casco histórico por excelencia de la ciudad, declarado Patrimonio de la Humanidad. Pasear por su fortaleza es un privilegio y desde ella se divisan las mejores vistas de la ciudad.

Otra parada obligatoria es 'Es Vedrà', un bellísimo islote considerado en la isla como lugar mágico, con una enorme fuerza enigmática. Otros rincones que no hay que perderse son la Iglesia de San Miguel, la cala del mismo nombre, la playa del Comte, Es Cubells y Balàfia.

Y cómo no se merece una mención especial el Mercadillo Hippie de 'Las Dalias', recogido en un ambiente agradable y rodeado de naturaleza, escenario de míticos conciertos y punto de encuentro de artistas de toda la isla. Obligado es también cruzar hasta Formentera, para admirar esta preciosa isla, destacando la Iglesia de San Francisco, La Mola, Es Pujol y todos y cada uno de sus rincones y playas de aguas turquesas.