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El archipiélago balear nos ofrece la singularidad propia de cada isla en un entorno natural característico del Mediterráneo desbordante de luz y color. Pueblos pesqueros, tradicionalidad, biodiversidad, historia y cultura. Parajes únicos en su conjunto formado por las islas de Mallorca, Menorca, Ibiza y Formentera, así como numerosos islotes como Cabrera, Dragonera o Conejera.

Mallorca es la más grade de las islas del archipiélago balear, conocida por su clima, sus playas y su paisaje, alberga entre sus pueblos y ciudades un extensísimo patrimonio cultural, histórico y gastronómico.

Menorca es conocida por la virginidad de sus costas, por conservar la tradición en sus campos y por la belleza de sus playas y calas. Menorca esconde en cada pueblo, en cada casa y en cada palmo de sus costas un manantial de tranquilidad y serenidad.

Ibiza es un bello espectáculo no sólo por sus paisajes y sus playas con una personalidad propia, es una invitación a la autenticidad y belleza ante la que nadie queda indiferente.

Las Islas Baleares conservan una historia milenaria, siendo ésta una de las múltiples y variantes facetas turísticas que permite el archipiélago; un atractivo más que no deja de sorprender al visitante con restos de una cultura megalítica, vestigios púnicos o un floreciente modernismo palpable en muchos de sus rincones.

Un pasado marcado por las huellas de la historia en cada una de sus islas desde la antigüedad hasta nuestros días.

La cocina tradicional de las Illes Balears destaca por su gran variedad en sus productos autóctonos y la combinación de los sabores, convirtiéndola en una cocina Mediterránea rica y sabrosa.

En Mallorca destacan el frit mallorquín, el tumbet, las coques de verduras o de trempó, En Menorca la caldereta de langosta, plato excepcional donde los haya, el oliaigua amb figues (higos), el cuscussó (postre navideño de origen árabe), las formatjades de Pascua, el gin, etc. En Ibiza el flaó (pastel de queso con hierbas), y la ensalada de pescado de Formentera. Estos son sólo algunos de los ejemplos que dan resultado a una cocina mediterránea propia de cada isla y excepcional en todas ellas.

Un paraíso repleto de lugares que visitar, por su autenticidad, por su belleza, por su encanto único que no deja de maravillar.

En Mallorca destacamos las famosas Cuevas del Drach y dels Hams. La ciudad de Palma de Mallorca con su la majestuosa Catedral y el Castillo de Bellver. En el Noroeste de la isla el Mirador d'es Colomer, la Sierra de Tramuntana, la ciudad de Alcudia y como no el pintoresco pueblo de Valldemossa, donde merece una mención la Cartuja. 

En Menorca destacamos el puerto natural de Mahón, la finca de Subaida, el Monte Toro, La Cova d'en Xoroi, Fornells, la ciudad de Ciudadela, el Puerto de Addaia, el cabo de Favaritx, Cala Caldana, Macarella y sus numerosa calas y playas en un entorno virgen envidiable. 

En Ibiza sobresale Dalt Vila, Es Vedrà, la Iglesia de San Miguel, la cala del mismo nombre, la playa del Comte, Es Cubells, Balàfia, el Mercadillo Hippie de Las Dalias y la isla de Formentera destacando la Iglesia de San Francisco, La Mola, Es Pujol y todos y cada uno de sus rincones y playas de aguas turquesas.