La Costa del Sol abarca más de 150 km del litoral de la provincia de Málaga, una costa bañada por el mar Mediterráneo, con un clima excepcional y con algunas de las mejores playas de España. La Costa del Sol es ocio, es diversión, es cultura, es tradición, es gastronomía y protectora de su patrimonio cultural y de su entorno natural.

Un paraje que no nos deja indiferentes con una amplia oferta turística que nos hace partícipes de sus costumbres y tradiciones más arraigadas, un lugar repleto de posibilidades para el descanso y para el entretenimiento.

Miles de años de historia han dejado su huella marcada en la costa de Málaga. Cada época y cada cultura es palpable en todo su litoral, desde el Paleolítico hasta la actualidad. Pinturas rupestres de más de quince mil años de antigüedad residen en las Cuevas de la Pileta o de Doña Trinidad, el yacimiento de Toscanos muestra un importantísimo legado de las civilizaciones fenicias. Los teatros romanos de Málaga y Ronda son dos muestras vivas de la época romana, pero quizás una de las civilizaciones que transformó sus pueblos y su gente, dejando un marcado semblante en su arquitectura, cultura y gastronomía, fue la época de los musulmanes. Tras la Reconquista hay que destacar las muestras barrocas de la cultura europea. 

La cocina de Málaga y de la Costa del Sol es rica en variedad y sabores, platos frescos elaborados con productos propios del Mediterráneo, pero sobretodo la cocina y el buen comer está vinculada a compartir, relacionarse y disfrutar de cada momento en compañía de amigos o familia y contagiarse del buen humor que caracteriza a este pueblo. El tapeo es el emblema esta gastronomía, saborear diferentes platos con cada bocado acompañado de una cerveza fresca o de un buen vino de Málaga.

Las tapas de ensaladilla rusa, tortilla de patatas, croquetas, jamón y queso son algunas de las más comunes, aunque como recetas tradicionales también debemos destacar la porra antequerana, pipirrana, ajoblanco, gazpacho, chipirones, gambas y pescaíto frito. Los platos típicos del invierno y de los pueblos de interior son los guisos, los callos y las migas. En cuanto a repostería, son célebres los borrachuelos o los roscos y tortas.

Desde la Costa del Sol podemos realizar un amplio recorrido que nos muestra su historia y cultura, sorprendentes paisajes de interior y descubrir la belleza de cada rincón:

Málaga, capital de la Costa del Sol y de la provincia, es el eje de comunicaciones de la zona como centro del área metropolitana, además de conservar su muy destacable centro histórico, declarado Conjunto Histórico Monumental. 

Pasear por las calles estrechas de Frigiliana entre casas blancas y balcones llenos de flores. Visitar el mirador de Torrox Costa y saborear la brisa del mar. Realizar la ruta de los pueblos blancos y del vino y acercarnos hasta la bellísima Ronda, ciudad soñada y refugio de los bandoleros. 

Visitar la desenfrenada ciudad de Marbella, popularmente conocida por ser uno de los lugares más turísticos de Andalucía o dejarnos llevar por la tranquilidad que se respira en los pueblos de la sierra de la Alpujarra granadina.