Mallorca es sol, playa y diversión pero también mucho más. Una cultura llena de tradiciones dentro de un entorno natural que ofrece parajes asombrosos. Conocida por su clima, sus playas y su paisaje, alberga entre sus pueblos y ciudades un extensísimo patrimonio cultural, histórico y gastronómico.

Como símbolo erguido del bello casco antiguo de la ciudad de Palma, surge la Catedral (La Seu ). Entre sus famosas calas, playas y acantilados de gran riqueza paisajística de la isla destaca el Cabo de Formentor y la Sierra de Tramuntana, declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO, donde alberga atractivos pueblos como Valldemossa y Sóller. Tampoco hay que olvidar sus maravillosas cuevas subterráneas como otro de los innumerables atractivos de esta fantástica isla.

Poblada desde el Neolítico, (de donde surgió la sobrecogedora cultura Talayótica), Mallorca fue ocupada posteriormente por Roma, Bizancio, los visigodos, los Omeyas, almorávides y almohades y, finalmente, conquistada por Jaime I en 1229.

Entre los restos históricos más importantes destacan los conjuntos talayóticos de Capocorb, en Llucmajor, el de Antigor en Ses Salines o el de Ses Païsses de Artà.

También merecen una visita la ciudad romana de Pollentia, los Baños Árabes de Palma, las diversas torres de vigía de la isla y el castillo de Bellver, único de planta circular en España.

La gastronomía mallorquina respira todas y cada una de sus influencias históricas, resultando una cocina mediterránea única y excepcional. Platos como el 'tumbet', el 'arròs brut', el cordero, los 'escaldums'; embutidos como la 'sobrassada', los 'botifarrons' y el famoso 'pa amb oli' harán las delicias del visitante.

En repostería, la ensaimada es la reina (lisa, de cabello de ángel o de crema) entre princesas, como los 'amargs' y el 'rubiol'. Por último, el licor tradicional de Mallorca, las 'Herbes' (también dulces, mezcladas o secas) completarán un banquete tan variado como difícil de olvidar.

Apuntamos unas sugerencias las cuales no se pueden perder si visitan esta hermosa isla.

En el este de Mallorca se encuentran las famosas Cuevas del Drach y dels Hams que transportan al visitante a un mundo maravilloso y fantástico bajo tierra, entre lagos, estalactitas y colores imposibles. 

La ciudad de Palma de Mallorca, es sin duda visita obligada. Pasear por el casco antiguo entre calles estrechas y patios mallorquines, visitar la majestuosa Catedral, una de las imágenes más características de la ciudad y el Castillo de Bellver desde el cual se puede contemplar una de las mejores panorámicas de toda la ciudad. 

Muy recomendable es la ruta del Noroeste de la Isla. Parada ineludible es el Mirador d'es Colomer, una ventana con vistas únicas y espectaculares, que nos ofrece una imagen de la Sierra de Tramuntana fundida en el mar Mediterráneo. Otro de los muchos atractivos de la zona es la ciudad amurallada de Alcudia, siendo imprescindible su muralla medieval y cómo no perderse por sus pintorescas calles. 

La joya en la zona norte de Mallorca es el pueblo de Valldemossa, situado en un emplazamiento elevado formando parte del valle de la sierra repleto de olivos y almendros. Su atracción principal es La Cartuja y el recuerdo que en ella dejó la estancia de la pareja romántica integrada por Chopin y George Sand. No se pueden ir sin degustar las tradicionales cocas de patata y pasear por sus calles engalanadas y llenas de encanto.